En un remoto y misterioso bosque de Asia, en el siglo XVI, se gestó una tragedia oculta que dejó una marca indeleble en la memoria de los habitantes de los pueblitos cercanos. Una familia, compuesta por el padre Horace, la madre Jazmin y sus dos hijas y tres hijos, vivía aislada de la sociedad en medio de la espesura del bosque. Sin embargo, lo que comenzó como un aislamiento voluntario pronto se convirtió en una pesadilla de secretos y tragedia.
La familia de Horace y Jazmin era conocida por su extraño comportamiento y su reclusión en el bosque. No permitían que sus hijos tuvieran contacto con el mundo exterior y, como resultado, los hermanos crecieron en una situación de aislamiento extremo. A medida que crecían, su conexión se volvió más profunda y distorsionada, llevándolos a establecer relaciones sentimentales entre sí.
Las relaciones incestuosas entre los hermanos no solo rompieron los límites morales, sino que también trajeron consigo consecuencias terribles. Los bebés que nacieron de estas relaciones prohibidas nacieron deformes y atemorizantes. Estos seres grotescos, una manifestación física del tormento emocional y la distorsión moral de la familia, aterraban a cualquiera que tuviera la desgracia de encontrarse con ellos.
La tragedia de esta familia maldita permaneció en la oscuridad, oculta en lo profundo del bosque. Pero las deformidades de los bebés y la extraña dinámica de la familia no pasaron desapercibidas para los habitantes de los pueblos aledaños. Los rumores y las historias sobre la familia comenzaron a circular, y su reputación se convirtió en una leyenda ominosa que se transmitió de generación en generación.
La historia de la familia de Horace y Jazmin en el bosque maldito es un recordatorio inquietante de cómo el aislamiento extremo y la distorsión moral pueden llevar a resultados trágicos y perturbadores. Además, sirve como una advertencia sobre el poder de los secretos oscuros y la importancia de la conexión humana y la interacción con la sociedad. La tragedia de esta familia ha dejado una cicatriz en la historia y la memoria colectiva de los pueblos circundantes, un recordatorio sombrío de las consecuencias del aislamiento y la depravación.