María comenzó a cometer actos delictivos, involucrándose en robos y tráfico de drogas. Aunque sus acciones le proporcionaron el dinero y el poder que anhelaba, también la arrastraron a un mundo de violencia y caos.
La casa estaba llena de historia y secretos, pero lo que la hacía aún más intrigante era la leyenda del fantasma de un niño que se decía que merodeaba por sus pasillos y habitaciones.
En lo alto de una colina en las afueras de un pequeño pueblo, se erguía una mansión que había permanecido vacía y en ruinas durante décadas. La gente del pueblo se refería a ella como “La Casa de los Espantos”, ya que estaba envuelta en una aura de misterio y terror.
En las afueras de un pequeño pueblo, rodeada de campos y colinas, se alzaba una casa solitaria que todos evitaban. Durante décadas, había sido el hogar de la familia Harrow, conocida en la región por su riqueza y misterio.