En las afueras de un pequeño pueblo, donde las historias de antaño se mezclan con la brisa del campo, se encuentra un pozo que ha adquirido una reputación oscura y misteriosa. Los lugareños cuentan con temor la historia del fantasma de una mujer vestida de blanco que atormenta a aquellos que se aventuran cerca del pozo, recordando una tragedia que ocurrió hace siglos.
La historia se remonta al siglo XIX, cuando una joven llamada Alicia vivía en el pueblo. Se dice que Alicia era hermosa y llena de vida, pero su destino tomó un giro trágico una noche oscura. Mientras se acercaba al pozo en busca de agua, perdió el equilibrio y cayó en sus profundidades, luchando desesperadamente por su vida mientras suplicaba ayuda a los gritos.
Sin embargo, nadie pareció escuchar sus lamentos. La oscuridad de la noche ocultaba su tragedia, y Alicia se ahogó en el pozo mientras sus súplicas de auxilio se desvanecían en el viento. Su muerte quedó como una mancha en la historia del pueblo, una historia que se transmitiría de generación en generación.
Con el paso del tiempo, los lugareños comenzaron a relatar experiencias inquietantes en las inmediaciones del pozo. Se decía que en las noches de luna llena, el fantasma de una mujer con un vestido blanco se alzaba de las profundidades del pozo, emitiendo lamentos angustiantes que parecían llenar el aire.
Alicia, según la leyenda, se había convertido en un espíritu vengativo, buscando asustar y perturbar a quienes se acercaban al lugar donde encontró su trágico final. Los usuarios del pozo afirmaban haber sentido una presencia inquietante, escuchado susurros siniestros o incluso haber vislumbrado fugazmente la figura de la mujer vestida de blanco.
Los pueblerinos vivían en un estado de temor constante ante el pozo y su sombría historia. Algunos evitaban pasar cerca del lugar en las noches de luna llena, mientras que otros compartían sus propias experiencias espeluznantes. Aunque no todos creían en la leyenda, la historia de Alicia había dejado una marca indeleble en el folclore local.
El pozo, una vez una fuente vital de agua, se había convertido en un símbolo de tragedia y miedo. La historia del fantasma de Alicia recordaba a todos que los eventos del pasado pueden dejar una huella duradera en el presente, y que los misterios y las leyendas pueden vivir mucho después de que sus protagonistas hayan partido.