En el pequeño pueblo de Colinasombra, una leyenda oscura circulaba entre sus habitantes. Se decía que al caer el sol, una niña solitaria y pálida, vestida con un vestido blanco desgastado, aparecía en los rincones más oscuros del pueblo.
Había una vez una antigua mansión en lo profundo del bosque, conocida como la Casa de los Espejos. Se decía que los espejos dentro de la casa tenían un poder oscuro y maldito. Cualquier persona que se mirara en ellos sería consumida por sus peores miedos y pesadillas.
Había una vez un pequeño pueblo ubicado en lo profundo del bosque. Este lugar, aislado del mundo exterior, estaba rodeado de árboles antiguos y densa vegetación que ocultaban los secretos más oscuros de la tierra.